Labios, besos, saliva...

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Por gentileza de la poeta valenciana Isabel Alamar Torró, nos ha llegado su más reciente "hijo literario": A la intemperie de tu boca (2018), publicado por la muy recomendable editorial Playa de Ákaba. Tanto poeta como editorial repiten el estupendo tándem que iniciaron con Cantos al camino (2017), el poemario con el que Isabel entró por la puerta grande al universo poético y del cual ya tenemos un ejemplar en nuestra biblioteca personal. También puede leer nuestra entrevista a la poeta en el siguiente enlace: Entrevista a Isabel Alamar.

LA POÉTICA DE LOS BESOS

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Hay en Isabel Alamar una predilección por indagar sobre y desde el mundo real, visible y, verdad verdadera, muchas veces ininteligible. Es evidente que las soluciones no están a la vista de todos. Las preguntas esenciales suelen quedarse sin respuestas y esto, en el alma esperanzada, puede causar tristeza, melancolía o desgarro. En Cantos al camino nos confesaba:

XLI

Hoy vuelo y caigo

como esas hojas 

amarillas y tristes

que a veces vemos

tiradas, secas y rotas

en medio de la calle.

Y es necesario aplicarse o -ejercicio muy agotador- sacar fuerzas de flaquezas. Si uno no resiste, no lucha; si uno se abandona a la suerte del destino, la última salida es la muerte. Pero el ser humano no ha nacido para las derrotas. La poeta lo sabe y, con la seguridad que solo puede ofrecer un corazón fuerte, nos confirma:

CXXV

Me mantendré

erguida hasta la piel

de mi último verano.

(De Cantos al camino)

Aquí la pregunta necesaria es: ¿Qué nos obliga a continuar luchando? Porque no hay que cegarnos ante la posibilidad de que el desgarro vital conduzca al suicidio o al asesinato; basta con ver el Telediario para saber que toda la lucha es inacabable. Y podemos seguir preguntándonos hasta el infinito: ¿Qué nos puede salvar de este mundo? ¿Qué nos motiva a levantarnos cada día?...

Todas mis impresiones dejé en tu lengua.

Todo lo dejé cuando el amor alcanzó mi boca.

("Adjetivando tu cuerpo", vv. 8-9)

La poeta de Valencia parece mostrarnos el camino del amor como posible solución, ayuda o, a lo mejor, una ilusión que nos dé el aliento necesario. Si san Juan de la Cruz, en Noche oscura del alma, mostró a los amantes suspendidos y acurrucados en el seno amoroso...

7. El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería

y todos mis sentidos suspendía.

8. Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el Amado,

cesó todo y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

...Isabel Alamar nos invita A la intemperie de tu boca, lugar de encuentro no solo con el ser amado, sino con uno mismo, con lo que somos y lo que deseamos ser. Isabel explora magistralmente la apasionante realidad del beso como metáfora del paraíso, del conocimiento, del encuentro, de la felicidad...

El epicentro de mi boca

está en tu boca.

("Brevedades", vv. 1-2)

Incluso la unión amorosa a través del beso adquiere matices místicos. Hasta la misma saliva conduce a una experiencia trascendental. Los siguientes versos nos recuerdan a los de Santa Teresa: "Hirióme con una flecha / Enherbolada de amor / Y mi alma quedó hecha / Una con su Criador" ("Mi amado para mí).

Derramando saliva estremecida por las comisuras

de mis labios inconscientes me hallo por tu culpa.

("Saliva estremecida", vv. 1-2)

O estos otros:

Hay besos intimistas capaces de atravesarnos

la piel con su saliva.

("Hay besos", vv. 1-2)

No deseamos extendernos más comentando un poemario que, sin atenuantes ni remilgos, tiene mucha miga y harto conocimiento. Antes bien, los invitamos a relajarse, tal vez con una copa de vino, y a disfrutar de A la intemperie de tu boca. Gracias a Isabel Alamar por compartir con nosotros sus versos, sus pensamientos y, por qué no, su melancolía.

Y a Playa de Ákaba, por darnos a conocer tanto talento.